En los países desarrollados el uso de internet se realiza cada vez más a partir de dispositivos móviles, tanto teléfonos inteligentes, como tabletas u otros tipos de terminales inalámbricos. Debido al ímpetu económico que tienen los países emergentes, el uso de estos dispositivos móviles para conectarse es cada vez más habitual entre los usuarios de internet de esas regiones.
Todos los informes de consultoras tecnológicas señalan que en esos países emergentes el mayor uso de internet en móvil se produce en las áreas urbanas y sus extrarradios, y sobre todo en para conectar con redes sociales. Esto ha supuesto también que ese tipo de usuarios acceden a conexiones móviles sin haber pasado por etapas intermedias, como la navegación por medio de ordenadores de sobremesa o portátiles.
Ese uso de internet, sin etapas intermedias, las redes sociales en móvil y el hecho de que esos habitantes urbanos de países emergentes tengan una gran capacidad de compra, está haciendo que ese tipo de usuarios se estén convirtiendo en la locomotora móvil inteligente. Ese nuevo perfil masivo de usuarios de internet no ha pasado desapercibido para las operadoras de telefonía móvil, que también dan servicio de datos y de los fabricantes de terminales.
Debido a la pujanza de los países en vías de desarrollo, la empresa Apple ha anunciado que, además de terminales de alta gama y precio exorbitante, como es el caso del iPhone, se apresta a lanzar nuevos modelos de terminales mucho más económicas. Apple con las nuevas terminales de telefonía móvil de bajo costo, pretende hacerse en exclusiva con dos mercados enormes y muy apetecibles, como son China y la India. Para ello ya ha comenzado con campañas de marketing online.
Todo indica, así lo refrendan las consultoras, que si en el 2012 y en los países en vías de desarrollo, el porcentaje de teléfonos inteligentes suponía el 20% del total, en el año 2017 esa cifra llegará al 50%. Un nuevo mercado muy jugoso como para entrar, tanto para operadoras como para fabricantes. Eso supondría que en solo en esos países subdesarrollados, casi al final de la está década existirían 2.000 millones de dispositivos y muchos de ellos serán adquiridos mediante métodos de comercio electrónico.
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